
La batalla del relato político en España
Cómo la derecha convirtió las emociones en moneda política: si no cuentas la historia, te la cuentan a ti.
🧩 Cuando el relato politico define la realidad y no los datos del CIS
La confianza de los ciudadanos ya no se gana solo en las urnas sino en el terreno simbólico: el del relato, donde los hechos son opcionales y las emociones mandan.
En esto, la derecha española —con su vertiente más “influencer” al frente— ha hecho los deberes. Ha entendido que controlar el relato es controlar la realidad.
Mientras tanto, las fuerzas progresistas siguen discutiendo si decir trabajadoras o personas trabajadoras. Y claro, mientras se ponen de acuerdo en el lenguaje inclusivo, la derecha ya ha puesto la banda sonora, los hashtags y hasta el merchandising y los fuegos artificiales.
👉 Desgraciadamente, el debate público se mueve al ritmo que marca la derecha, y la izquierda baila fuera de compás y con la lengua afuera.
🌍 El laboratorio global de la derecha radical.
El fenómeno Trump es el tutorial definitivo: menos política, más show; menos hechos, más emociones. En resumen, Storytelling en vena
Movimientos como QAnon demostraron que ni siquiera hace falta tener razón para tener influencia. Solo hace falta confianza ciega, gestión profesional de redes sociales, y manipulación a raudales.
Instituciones como Heritage Foundation o Atlas Network se encargaron del resto: montar escuelas de marketing ideológico donde se enseña a envolver ideas viejas en slogans nuevos. Y claro, algunos sectores de la derecha española tomaron apuntes directamente, o a través de FAES y FEDEA.
Ahora en Madrid se habla de libertad mientras se proponen prohibiciones al derecho a decidir, de patria mientras se montan sociedades en Panamá y se evaden impuestos, y de valores mientras niegan el genocidio de Gaza y excluyen a colectivos marginados, es El TiritiTrump Trump Trump a lo castizo
🧠 El relato político como poder y la hegemonía cultural como startup
La derecha española ha aplicado la máxima gramsciana con precisión quirúrgica: primero gana el Prime Time, luego el BOE.
Han montado un ecosistema comunicativo donde cada tertuliano es un microinfluencer y cada bulo, una píldora emocional. Hablan menos de política y más de identidad; menos de datos y más de sentimientos.
Y sí, funciona.
Mientras tanto, la izquierda sigue convencida de que todo se arregla con un hilo explicativo en X (que nadie lee entero).
👉 El relato politico no se argumenta, se siente.
⚖️ La izquierda y la fragmentación del discurso (o cómo perder un debate antes de empezarlo)
La izquierda española tiene una habilidad única: convertir cada matiz en una ruptura interna.
Y cuando no se pelean entre sí, se dedican a corregirse el lenguaje.
Han dejado escapar palabras que antes les pertenecían —patria, orden, seguridad— y se las han regalado a quienes ahora las usan con acento apocalíptico.
Mientras tanto, la derecha marca los temas, las emociones y el calendario mediático.
👉 Quien define el marco, gana el relato politico. Y quien no lo define, acaba debatiendo sobre si los pronombres personales son opresivos.
💡 Cómo recuperar el relato, sin prisa pero sin pausa
- ❤️ Volver a las emociones.
No basta con tener razón: hay que hacer que importe.
La izquierda necesita hablar menos de informes y más de vida cotidiana. El Excel no emociona. - 🔄 Reapropiarse del lenguaje.
Libertad, familia, España… no son palabras de la derecha, son de todos.
Pero si no se usan, se pierden. Como los votantes. - 📺 Construir un ecosistema mediático propio.
Mientras la derecha tiene medios, podcasts y memes, la izquierda tiene notas de prensa.
La batalla cultural no se gana con PDFs, sino con narrativas, símbolos y una estética actual. - 🤝 Crear un “nosotros” inclusivo.
Dejar de dividirse por cada coma ideológica y empezar a hablarle a la gente de verdad.
La mayoría no quiere revoluciones cada martes, solo un país donde se pueda vivir con dignidad. - 🌅 Narrar victorias y futuro.
Basta de resistir: hay que ilusionar.
El miedo moviliza, pero la esperanza gana.
🔁 Conclusión: la batalla cultural es global y encarnizada
Lo que pasa en España forma parte de algo más grande: una internacional del ultraconservadurismo, con sede en Washington, altavoz en Twitter y sucursales en Madrid.
Entender esa red —que conecta Trump con Vox y parte del PP, Heritage con las tertulias y convenciones, QAnon con los foros de barrio— es el primer paso. El segundo es atreverse a contar otra historia.
💬 Porque sí: quien domina el relato político, domina la agenda. Y quien domina la agenda… domina la realidad.
Así que menos excusas y más narrativa.
Porque si la izquierda no cuenta su propia historia, la derecha estará encantada de escribirle el final del libro.
